GABY SOTO NO RESPONDERE
sábado, 6 de julio de 2013
HERMOSA LEYENDA PANAMEÑA: EL COROTÚ LLORÓN
El COROTÚ LLORÓN.
En el grande y bellísimo llano de la Mitra, en las proximidades
de La Chorrera, creció robusto y frondoso, un árbol
de corotú. Y allí, muy cerca vivía también un campesino
padre de una muchacha bellísima de nombre Isabel.
La joven era pretendida por los mozos de todos los contornos
pues su belleza era extraordinaria, mas el padre, rígido y
severo, jamás aceptó un requiebro para su hija, ni aceptó tampoco
a ninguno de los hombres que aspiraban a su amor. Con
esto Isabel se desconsolaba. Era joven y admirada y quería gozar
de su juventud y su hermosura.
Conocedor de los gustos de su hija, el campesino quiso prevenir
males futuros. Encerró a la joven y no le permitió asomarse
ni a la puerta de la casa. Pero como propone el hombre y el
diablo lo descompone, a pesar de todos los encerramientos, Isabel
conoció a un hombre de quien se enamoró perdidamente.
La vigilancia del padre fue burlada, y un día llegó en que Isabel
no pudo ocultar las consecuencias de sus escondidos amoríos.
Indignado el padre, cogió a su hija, y sin hacer caso de sus
lamentaciones y sus súplicas, la ató desnuda al tronco del corotú.
Enseguida, con un látigo de cuero, la maltrató sin descanso hasta
convertirla en una masa sangrienta.
Allí a los pies del árbol quedó Isabel falta de aliento y vida y
sin cristiana sepultura, hasta que el sol y el aire deshicieron su
cuerpo antaño hermoso y gentil.
Desde entonces, a ciertas horas de la noche, sale del tronco
del corotú, el lloro triste de una criatura. Son los sollozos de
aquel niño que Isabel llevaba en su seno y que desde las profundidades
del limbo en donde vaga su alma, se lamenta por no
poder jamás subir hasta el cielo.
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